Economía y sociedad en América Latina: entre la globalización, la regionalización y el cambio estructural

1 janvier 2007, Arturo Guillén R.

Arturo Guillén. Economía y sociedad en América Latina: entre la globalización, la regionalización y el cambio estructural. México, Miguel Angel Porrúa editores, UMAI, 2007 Presentación El presente libro recoge los productos de investigación del cuerpo académico Globalización, Crisis e Integración Económica, del Departamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, conformado en 2004 bajo los auspicios de Promep-Conacyt. En el mismo participaron, también, tres profesores de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), que forman parte del cuerpo académico Estudios Regionales y del Pacífico, así como una profesora invitada de la Universidad McGill de Montreal , Canadá. Este libro está organizado en tres grandes partes: en la primera, se abordan los temas más generales relativos a la forma en que se ha desenvuelto el proceso de la globalización y las variadas formas de inserción de los países; en la segunda, se analizan los impactos de la globalización en diversos espacios de la sociedad y sectores de actividad y por último, en la tercera parte, se afrontan asuntos relativos al medio ambiente y a la irrupción de las empresas transnacionales (ETN) en la producción y comercialización de bienes públicos , como el agua. Gregorio Vidal (capítulo 1) se interroga si el crecimiento de la IED ha contribuido a elevar la inversión interna en los países receptores y a estimular el crecimiento de las economías y de los niveles de empleo. Vidal retoma elementos de la teoría latinoamericana del desarrollo de los años sesenta para mostrar cómo la IED no solamente registra impactos positivos en la balanza de pagos. Por el contrario, en los últimos años, los pagos por utilidades, intereses, patentes y otros conceptos son crecientes y han representado alrededor de la mitad de los ingresos. Enrique Pino (capítulo 2) examina el comportamiento macroeconómico contrastante de Taiwán, Corea del Sur y Chile, por un lado, y de México, por el otro. Desde un enfoque teórico que reconoce la importancia de las instituciones analiza el distinto comportamiento de esas economías frente la crisis financiera asiática de 1997-1998. El propósito principal de Rosalind de Boyd (capítulo 3) es analizar el proceso de “informalización” de la fuerza de trabajo, que ha acompañado a la globalización neoliberal, desde la perspectiva de los trabajadores y de sus luchas. Boyd toma como objeto de estudio los casos de China, Corea del Sur y Sudáfrica. Alexander Tarassiouk (capítulo 4) analiza la reforma económica china y la inserción de ese gran país en la economía capitalista globalizada. En cierta forma, su trabajo es un contrapunto del análisis de Boyd (capítulo 3), quien pone el acento en la creciente y en ocasiones despiadada explotación de sus trabajadores y de los procesos de expulsión de campesinos de sus tierras. Víctor Soria (capítulo 5) evalúa el desempeño macroeconómico de Brasil y México en el marco de la globalización y de sus respectivos procesos de integración: dentro del TLCAN en el caso del primero, y del MERCOSUR, en el segundo. En opinión de Soria, la apertura comercial y financiera, así como la reactivación del crédito internacional en América Latina, desembocaron en un modelo de estabilización de “volatilidad latina” que fue aplicado en México a partir de 1988 y en Brasil a partir de 1994. Alba Gámez (capítulo 6) analiza, desde una perspectiva comparada, el impacto de los cambios en el sistema político internacional de finales de los años ochenta en la política exterior de México y Brasil. Para Gámez, en el caso de México, durante el sexenio de Carlos Salina de Gortari, la política exterior se modificó en consonancia con el cambio de modelo económico. Entonces, el cambio en la orientación de la política exterior más que haber obedecido a factores internacionales, respondió a factores internos, y en particular a la habilidad de la tecnocracia gobernante para vencer la oposición interna y vincular la reestructuración de la economía con un nuevo enfoque de política internacional más activo en los foros internacionales, sobretodo en los económicos (OCDE, OMC, etcétera). Arturo Guillén (capítulo 7) aborda el acuciante problema del empleo en la economía mexicana. Al firmarse el TLCAN, se asumía que la integración económica sería un instrumento que aceleraría el crecimiento económico de México, elevaría el nivel de empleo y reduciría las desigualdades sociales, tanto internamente como en relación con sus principales socios comerciales. Guillén sostiene que a más de 10 años de la firma del TLCAN, los resultados de la integración han sido más complejos y contradictorios que los esperados. Ha habido resultados positivos en materia de creación de comercio y en la modernización del sector exportados de la economía, pero ello no se tradujo en crecimiento económico durable, creación dinámica de empleos y mayor equidad social. Alejandro Toledo (capítulo 8) incursiona en el estudio de una de las ramas económicas más dinámicas del sector exportador de México: la industria electrónica. Bajo el TLCAN, y con el proceso de relocalización de inversiones que éste implicó mediante el traslado a México de actividades intensivas de mano de obra, nuestro país se convirtió en uno de los principales exportadores de aparatos electrónicos, de computación, así como de componentes y partes electrónicas. Antonina Ivanova y J. Antonio Martínez (capítulo 9) examinan el tratamiento de los problemas ambientales por parte del Mecanismo de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), organismo al que pertenecen Estados Unidos, Japón y varios países asiáticos y latinoamericanos, entre los que se encuentra México. Por tratarse de un organismo cuya principal meta es avanzar en la liberación comercial, ha descuidado y colocado en un segundo plano, según los autores, los problemas de sustentabilidad ambiental. Delia Montero (capítulo 10) aborda el importante tema del agua, bien público vital, cuyo acceso y distribución será uno de los problemas fundamentales del siglo XXI. La autora muestra que en los últimos años se ha fortalecido un acelerado proceso de privatización en los servicios públicos, incluyendo el saneamiento y distribución del agua.

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